domingo, 17 de abril de 2011

SAME 2011


LA ESCUELA PARA TODOS Y TODAS

Hola, me llamo Pepita. Todas las mañanas mi madre y yo nos levantamos muy temprano para hacer rosquillas muy dulces y muy ricas. Luego vamos al mercado para venderlas. Y como están tan ricas vendemos cada día cinco docenas!.

Tengo un amigo que se llama Rafa. También va muy temprano al mercado para descargar los camiones de fruta y ganar algo de dinero para ayudar a su familia.

Hoy Rafa estaba muy contento porque su hermano le había prestado una carretilla para llevar la fruta y así pudo hacer el doble de viajes que otros días.

Mientras iba descargando los camiones se reía pensando que ganaría el doble que otras veces. Cuando terminó se acercó al puesto de Pepita para tomarse una rosquilla para desayunar. Pepita le preguntó que porqué estaba tan contento.

-Porque hoy no me temblarán tanto los brazos cuando vaya al colegio -explicó Rafa- Otros días, como me canso tanto descargando la fruta, cuando voy a escribir casi no puedo porque ya no tengo fuerza en las manos.

-¿Y tu vas al colegio?- preguntó Pepita- ¿Qué haces allí?

Rafa le contó que en Patio Bonito hay un colegio que se llama “Pequeño Trabajador” donde podían ir todos los niños y las niñas después del trabajo. Allí no importa la edad que tengas, sólo importa las ganas que tengas de aprender.

Rafa ya había aprendido a leer y a escribir, y también matemáticas.

-Si sigo estudiando mucho el año próximo podré acabar la Primaria y empezaré la secundaria para poder tener un trabajo mejor.

Pepita habló con su madre de ese colegio.

-Yo también quiero saber leer y escribir.

-¿Y para qué quieres eso? –decía su mamá- Ya sabes contar muy bien y es lo único que te hace falta para vender las rosquillas.

-Si mamá, tu me has enseñado. Pero yo he pensado que me gustaría ser profesora de mayor y enseñar a otros niños y niñas que tampoco pudieron ir a la escuela.

Educación Primaria

Colegio Sagrada Familia

LA REQUETEABUELITA

Hoy era un día especial para Doña María, esperaba con impaciencia la llegada de su nieta y de su biznieta. Su familia la quería y la trataba con un gran cariño y respeto, pero los nietos se habían ido haciendo mayores...Hacía cinco años que su nieta Carmen había tenido una hija preciosa y pizpireta a la que le pusieron su nombre, María, y desde entonces se había convertido en la niña de sus ojos.

Hoy era un día especial porque venían a visitarla entre semana, habitualmente lo hacían el fin de semana. Cuando su biznieta entró corriendo a darle un beso, a Doña María le dio un vuelco el corazón. Hacía años que no veía a una niña de su familia con aquel pichi que le traía tantos y tan buenos recuerdos. Doña María se quedó mirando a la niña de una forma extraña, por su cabeza desfilaron muchas imágenes que hacía mucho que había olvidado.

María miró a su bisabuela y le preguntó:

- Requeteabuelita, ¿qué te pasa?

Doña María dio un respingo y le sonrío ¡siempre se reía cuando la oía llamarla REQUETEABUELITA!, tenía razón, era más que una abuela.

- Mi pequeña María, me gusta mucho verte con el uniforme del colegio, me trae muy buenos recuerdos. Yo también fui una niña hace muchos, muchos años; entonces las cosas no eran como ahora, casi ninguna niña iba al colegio; yo tuve mucha suerte, mis padres siempre quisieron que todos los hermanos recibiéramos una educación para poder ganarnos la vida cuando fuéramos mayores y no dependiésemos de nadie.

La niña la escuchaba muy atenta y abriendo sus enormes ojos le preguntó:

- Requeteabuelita, ¿a ti también te dio clase la señorita Teresa?, es mi profe y la quiero muchísimo, nos enseña muchas cosas y hacemos siempre juegos muy divertidos.

- Mi pequeña María, ¡yo fui al colegio hace 80 años! era un colegio muy pequeñito, lo fundó Doña Sagrario una señora muy valiente en su época, que entendió que las niñas debían recibir una formación. Tu profe no había nacido entonces, pero gracias a mujeres como Doña Sagrario y su hermana la Señorita Feli, las niñas españolas pudimos, poco a poco, recibir una educación igual que los niños. Tu colegio tiene 80 años de historia, debes estar orgullosa de estudiar en él.

María no salía de su asombro y le dijo a su requeteabuelita:

- Mañana en cuanto llegue al cole, se lo voy a decir a todos mis compañeros, les voy a contar que nuestro cole tiene ¡80 años! y que mi requeteabuelita conoció a su fundadora Doña Sagrario, todos se van a quedar muy, muy impresionados.

Alumnos de 3º ESO del Colegio Sagrada Familia

Prof. Natalia Sangrador